Hoy en día tenemos muchos competidores que llevan los mismos productos-servicios, por lo que es muy importante que el consumidor aprecie alguna diferencia y la clave está en esos pequeños detalles que se nos escapan. Ese pequeño valor añadido se puede convertir en una diferencia muy grande respecto a nuestros competidores.
Os comento un caso real en primera persona, los martes soy fiel a un restaurante al que voy a comer, ahora os digo las razones:
- Trato muy personalizado, amabilidad y simpatía.
- Un aperitivo mientras llega la comida.
- Invitación a un chupito al final de la comida.
- A los niños se les dan unos juguetes o globos.
- Al final siempre te preguntan que te ha parecido el trato.
Conclusión: tenemos que empatizar con nuestros clientes ofreciéndoles ese producto-servicio de una manera diferente; seguro que los resultados empiezan a ser mucho mejores ya que empezaran a entrar en juego el marketing más barato y antiguo: la Recomendación de nuestros clientes.
¿Despedida de la afamada carne argentina?
Hace 12 años
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